Bajando las escaleras con un atuendo formal para encontrarse con Owen esperando en el área de asientos se estaba volviendo algo normal para Leonica.
Pero para Owen, quien constantemente se sorprendía por su belleza, cada ocasión era una experiencia increíble.
—Te ves hermosa —le elogió mientras la ayudaba a bajar los escalones restantes y Leonica le sonrió.
—Gracias, tú tampoco te ves nada mal.
La sonrisa en sus labios se hizo más grande al ver el anillo en su dedo.
—¿Qué se supone que debo entender con esto? —preguntó, sosteniendo su mano anillada suavemente mientras la levantaba y presionaba un suave beso contra ella.
Leonica ni siquiera intentó ocultar sus mejillas sonrojadas. Solo sonrió, sus ojos encontrándose con los de él.
—Lo que tú quieras, señor Lee —respondió.
Owen se rió. —¿Es esta tu manera de aceptar mi propuesta? —preguntó.
Leonica sonrió, pero su respuesta se retrasó mientras alcanzaba a acariciar su mejilla. —Sí, lo es.