—El nombre del cómplice del señor Rodrigo es Melvin Rome— Kennedy intentó repetir sus palabras, asegurándose de que su empleadora hubiera escuchado la información que pretendía transmitir, pero repentinamente, Leonica lo interrumpió.
—No —por un segundo, él estaba confundido, incapaz de descifrar la emoción que había revestido su voz, alterándola de su suave melodía habitual—. Algo debe haber salido mal con ese escaneo. Algún tipo de error, pero no puede ser Melvin —ella declaró, refutando con firmeza lo que su asistente le había dicho.
Ella estaba segura de ello, porque a diferencia de Kennedy que era nuevo en la familia, menos de 6 años, ella que siempre había sido parte de la familia Romero había presenciado la muerte de Melvin Romero.
Había visto su cuerpo que había sido quemado de pies a cabeza por el fuego que había envuelto la escuela privada a la que ambos asistieron años atrás.