—Los resultados hasta ahora muestran que Ashley está muy bien —las palabras del Doctor Bailey resonaron mientras señalaba la nueva gráfica médica de Ashley.
El mencionado niño, aunque sin entender mucho, estiró el cuello para echar un vistazo a lo que sus padres estaban tan concentrados.
—¿Y su progreso en la curación, cómo va eso? —preguntó Leonica, apartando la vista de la gráfica y mirando al Doctor Bailey.
—No hay problema. Sus huesos parecen estar sanando y desarrollándose bien, pero —hizo una pausa y miró a Ashley, no seguro de si debería decir lo que quería delante del niño.
Gabriel, que estaba al lado de Ashley, captó la indirecta y se levantó. —Ashley, ¿quieres ir a comprar un helado?
La cara del niño se iluminó al instante. Miró a su madre buscando permiso y Leonica asintió, permitiéndole ir.
—Kennedy, por favor acompaña al joven maestro.
—Como desee, señora —Kennedy hizo una reverencia y extendió su mano a Ashley, esperando que el niño la tomara antes de salir.