En el momento en que Leonica había salido, Bill metió la cabeza por la puerta, tanteando si era conveniente o no entrar.
—¿Señor? —llamó, sacando a Gabriel de lo que quiera que estuviera pensando en ese momento—. ¿Puedo entrar?
Gabriel movió la mano ante la pregunta de su asistente, indicando que podía hacer lo que quisiera. Con cautela, él entró mientras Gabriel volvía a la silla en la que había estado sentado, tomando la foto que había encontrado en el proceso.
Una vez más, mirando la foto, en particular a Ashley, Gabriel encontró su mente repitiendo las palabras de Leonica, algo que se había convertido en una rutina diaria para él, desde que se había despertado hace unos días.
Se preguntaba, ¿realmente había sido tan cabrón?
¿Fue él la razón por la que su matrimonio terminó? ¿La razón por la que Ashley se vio obligado a vivir con una familia rota?