Fue rápido e intenso. Sus ardientes manos alcanzaron por delante de mí para apretar mis pechos mientras él continuaba clavando su gran miembro dentro y fuera de mi cueva de mujer. Me apreté alrededor de él para succionarlo más adentro de mi cavidad. Grité su nombre cuando pellizcó mis pezones simultáneamente mientras su miembro golpeaba profundamente dentro de mí.
—Kyle... ¡Me estoy corriendo! —grité en voz alta sin contención antes de que el mundo se volviera blanco mientras mi orgasmo me golpeaba fuertemente.
—Yo también —jadeó él en respuesta.
Sentí cómo el cuerpo de Kyle temblaba mientras llegaba al clímax después de embestirme fuertemente un par de veces. Me abrazó por detrás mientras ambos nos deslizábamos al suelo en el umbral de la puerta. Ni siquiera llegamos a la cama en nuestra prisa por poseernos el uno al otro.
Nunca supe que el sexo podía sentirse tan bien. Nunca había tenido un sexo tan satisfactorio antes.