—Para ser honesto, estoy pensando cómo hacer que mis futuros suegros confíen en mí lo suficiente para dejarte casarte conmigo —dijo Jiang Yexun con la cabeza baja, su tono lleno de preocupación.
Habían acordado antes que necesitaban la aprobación de la familia de Su Xiaoxiao antes de poder casarse oficialmente. Pero en caso de que sus padres no estuvieran de acuerdo y tuviera que enfrentarse a las bromas de Su Xiaoxiao todos los días, temía que podría volverlo loco.
—No te preocupes, mis padres son muy tranquilos. Mientras yo te quiera, no te pondrán dificultades —dijo Su Xiaoxiao con confianza.
—¿Hay alguna otra cosa que les guste especialmente? —preguntó Jiang Yexun ansiosamente. Aunque ya había pedido ayuda para encontrar objetos raros a través de varios vendedores del mercado negro, había un dicho que el dinero no compra la felicidad, ¿verdad? Así que, dar los regalos adecuados era crucial.