—Uh...
Yvette despertó de su coma.
Yvette no pudo evitar gritar de dolor.
Yvette abrió lentamente los ojos y sintió dolor por todo el cuerpo.
Pero Yvette sintió una oleada de alegría.
—¡Todavía estaba viva!
Yvette levantó el brazo, queriendo apartar el cabello de sus ojos para ver los alrededores.
La escena asustó a Yvette completamente.
Yvette fue empujada hacia la depresión en la ladera.
—¡Abajo había un abismo sin fondo!
Y al lado de Yvette había un gran neumático viejo.
Yvette recordó que cuando estaba a punto de perder la conciencia, la tierra se amontonó y el deseo de vivir la hizo abrazar inconscientemente el objeto a su lado.
Presumiblemente, fue por este gran neumático que Yvette no fue enterrada.
—¡Sin embargo, era casi lo mismo que estar enterrada!
Solo una persona cabía en la depresión.
Si Yvette se movía un poco, caerían las piedras.
Yvette dudaba si la depresión bajo sus pies podía soportar más de 55 libras de peso.