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—Lance se sintió mucho mejor y explicó:
—No tocaré a otras mujeres. Soy muy limpio.
—No tiene nada que ver conmigo si eres limpio o no. —Yvette giró la cabeza.
—¿Cómo que no tiene nada que ver contigo?
—Lance miró al conductor y dijo en voz baja:
— No tocaré a nadie excepto a ti.
—Yvette estaba originalmente enojada, pero ahora se sentía tímida.
—No hables tonterías —regañó Yvette.
—Acabas de decir que querías estar conmigo —dijo Lance, sintiéndose un poco agraviado.
—Yvette lo lamentó.
—Esa sugerencia está cancelada.
—No me importa. Yo voto en contra. Ahora somos una pareja.
—Yvette se quedó sin palabras.
—Vámonos —le dijo Yvette al conductor.
—Lance no sabía qué hacer.
—Lance sabía que era imposible explicar en este momento.
—Señor, ¿puedo cambiar de coche contigo? —preguntó Lance, volviéndose hacia el conductor.
—¿Qué? —preguntó el conductor confundido.
—Usaré tu coche. ¿Puedes conducir el mío? —preguntó Lance, lanzando la llave al conductor.