Yvette comenzó a preparar la cena de nuevo.
Para cuando estuvo lista, ya eran casi las 7 p.m.
Puso los platos en la mesa con termostato. Los platos deberían mantenerse calientes durante una hora.
Yvette e Isabel se sentaron a la mesa y esperaron a que Lance volviera para cenar.
Por un momento, sintió como si hubiera regresado al pasado.
En el pasado, también había esperado en casa a que ese hombre volviera para cenar.
Pero ahora, tenían un bebé.
El tiempo pasaba.
El estómago de Isabel ya rugía.
Ella frunció los labios y dijo:
—Mamá, ¿cuándo volverá Papá exactamente?
Yvette dijo:
—Tampoco lo sé. Espera un momento. Mamá llamará y preguntará.
Yvette agarró su teléfono y llamó a Lance.
Pero nadie respondió.
De repente, Yvette tuvo la corazonada de que Lance no vendría esta noche.
Pero, ¿por qué?
¿Por qué no le dijo que no vendría?
Isabel puchereó:
—¿Por qué Papá no contestó el teléfono?
—Papá podría estar ocupado. Comamos primero. —Yvette sonrió y la consoló.