—Evidentemente, el acomodador estaba faroleando —dijo Yvette con firmeza—. El restaurante no está autorizado para tomar decisiones propias sin evidencia.
Se convirtió en un enfrentamiento entre los tres contra Yvette. Yvette estaba en desventaja.
Sin embargo, la expresión de Yvette no cambió. Enderezó su espalda y miró de reojo a las tres personas. —Ustedes no tienen derecho a revisar mi teléfono.
Yvette desprendía una fuerte aura y no les temía en absoluto.
Yazmin sintió que Yvette parecía haber cambiado.
Yvette parecía mucho más segura de sí misma que antes tanto en su tono como en sus modales. La calma y la confianza la hacían lucir aún más bella e impactante.
Yvette era como una princesa noble.
Además, habían pasado cinco años, pero el tiempo no había dejado huella en el rostro de Yvette. En cambio, estaba incluso más delicada y hermosa que antes.