Yvette dejó de forcejear y lo miró con ojos rojos. —Entonces, ¿qué quieres? —preguntó ella.
—Te diré cuando ella salga —dijo Lance.
—¿Querrás algo que no puedo permitirme? —preguntó Yvette.
—Incluso estás dispuesta a acostarte conmigo. ¿Qué más no puedes permitirte? —se burló Lance ligeramente.
Yvette se quedó sin palabras.
Sentía que este hombre era realmente bueno irritando a la gente.
Sin embargo, en comparación con Charlie, que tramaba sin escrúpulos, Yvette solo podía optar por creer a Lance.
—¿Cuándo puede salir Ellen? —preguntó.
—Mañana por la mañana —Lance le dio la hora.
—¿No puedes salvarla ahora? —Yvette estaba muy ansiosa.
No quería que Ellen permaneciera allí ni un minuto más.
—¿Quieres que irrumpa en ese lugar para rescatarla ahora? —Lance se rió con desdén.
Yvette se quedó sin palabras. Él tenía razón. Ese lugar era diferente de otros. Era demasiado tarde para hacer muchas cosas.
Ahora que el asunto de Ellen estaba resuelto, se sintió bastante relajada.