—Buzz... —Era un zumbido largo de ruido blanco. —Casi dejó sorda a Ellen.
Después de quedarse atónita por un buen rato, Ellen finalmente se dio cuenta de que el dolor quemante en su rostro se había esparcido hasta sus nervios.
Tocó rígidamente su cara. Estaba tan caliente.
Era tan doloroso ser abofeteada por alguien a quien una vez amó.
La mano de Jamie aún temblaba ligeramente. Él no comprendía por qué estaba tan enfadado.