—Ellen no dijo nada y solo sacudió la cabeza.
Pronto, Jamie regresó con el ungüento. Al ver que la distancia entre los dos seguía igual, entrecerró los ojos ligeramente.
—¿Quieres ponerle una vía intravenosa a Ellen primero o aplicar el ungüento? —preguntó Jamie.
—El ungüento se aplicará después de que regreses. Ahora le pondré una vía intravenosa —dijo Kenyon, y le pasó el ungüento a la enfermera.
—¿No le aplicarás el ungüento tú? —levantó las cejas Jamie.
—No. Si necesitas ayuda, puedes pedírsela a la enfermera —dijo con ligereza Kenyon, alzando la vista hacia Jamie.
—Yo se lo aplicaré personalmente —dijo con intención Jamie.
Kenyon actuó como si no hubiera escuchado nada. Al ver que la enfermera le ponía la vía intravenosa a Ellen, volvió a su escritorio afuera.
Jamie enrollaba un cigarrillo entre sus dedos y se paró a unos pasos del escritorio para evaluar a Kenyon.