—¡Ro, ya se han descargado todas las cajas, ven a ver! —Seraphine me llevó a la casa, y yo estaba tan emocionada por finalmente tener mi propio hogar.
No podía creer que tuviera un lugar para vivir, independiente de cualquier otra persona —no pertenecía a mi padre, no estaba en la manada de Ethan ni en el castillo de James, y no estaba justo al lado de la casa de Soren.
—¡Este era mío...! —Había trabajado duro y lo había ganado. Es cierto que lo compró Soren, pero, aun así, al menos pude cubrir la renta.
Ethan había hecho que ya se viera hermoso. Además de eso, me divertí mucho decorando la habitación del bebé con Seraphine.
—Seguimos sacando objetos de las cajas y colocándolos en los estantes para mi bebé.
—Esta lámpara es bonita —dijo Seraphine—. ¿La compraste cuando estabas de compras con el señor Soren?
—Sí —dije mientras se la tomaba de sus manos—. Era un barco amarillo brillante que pensé se vería bien tanto para un niño como para una niña.