*Lena*
Oliver se detuvo frente a nosotros, desviando su mirada lentamente de mi rostro hacia Abigail. Miré entre ellos, notando el músculo de la mandíbula de Oliver tensándose y cómo Abigail tragaba, su boca torciéndose en una sonrisa nerviosa.
Normalmente, mi bulliciosa y segura Abigail ya lo tendría en su poder, sumergido en alguna conversación mientras le susurraba al oído. Pero estaba sospechosamente callada y sus mejillas se habían sonrojado.
—¿Abigail, dijiste? —Oliver inclinó ligeramente su cabeza en señal de saludo, lo que hizo que la mano de Abigail temblara un poco al rozar la mía. Él encontró su mirada, y el intercambio de miradas hizo que me sonrojara. Yo tenía razón, supuse. Oliver era mucho más adecuado para ella que Charlie hubiera sido.
—Sí —respondió ella, con una voz que destilaba pura cortesía. Comenzó a hacer una reverencia hacia él, pero él extendió una mano, tocándola ligeramente en el codo para detenerla antes de que flexionara las rodillas.