—Te perdiste el desayuno, y alguien hizo rollos de canela —dijo Elaine con una sonrisa mientras entraba y me entregaba un plato que había cubierto con papel de aluminio. Le sonreí, agradeciéndole mientras sacaba un tenedor de su bolsillo.
Me senté en el baúl para comer, mientras Elaine se acomodaba en el sillón. Estaba absolutamente hambrienta y agradecida de que ella hubiese pensado en mí.
—¿Qué vas a hacer hoy? —pregunté, suspirando mientras tomaba otro bocado—. ¡Estos están realmente buenos!
—Owen los hizo. No es bueno para mucho más fuera de sus habilidades para la repostería —bromeó, cruzando las piernas.
—No había tenido ni una sola conversación con el hombre en cuestión, pero parecía lo suficientemente agradable y era solo otro de los muchos trabajadores de temporada que estaban presentes en la finca Radcliffe.
—¿Saben como a... ¿calabaza?