*Ciana*
Deambulaba por el palacio intentando ver si algo me resultaba familiar. Según Brook y Warren, había estado allí casi un año. No podía recordar nada al respecto. Ninguna de las habitaciones ni decoraciones me parecían conocidas.
Sentía como si lo viera todo por primera vez.
Sin embargo, mis pies sabían a dónde llevarme. No reconocía nada de lo que veía, pero caminé con propósito hacia la biblioteca. Sospechaba que podría encontrar un mapa allí para reencontrarme con el palacio y el territorio circundante.
—Buenos días, mi señora —dijo alguien, inclinando la cabeza mientras pasaba yo.
—Es bueno verla levantada y en movimiento, Señorita Negro —dijo un sirviente, inclinándose.
Saludé torpemente a todos los que pasaba. Todos parecían tener un alto grado de respeto y reverencia hacia mí. Eso no habría sucedido si no me conocieran ya.