Sebastián no estaba solo. Su Beta Xavier estaba detrás de él.
Theo ignoró la pregunta de Sebastián y mantuvo su silencio.
—Príncipe Theo, ¡Su Majestad le hizo una pregunta! ¿No oyó? —preguntó alguien.
El tono arrogante de Xavier me dio ganas de derribarlo y golpearle directamente en la cara.
A Jake, obviamente, le pasaba lo mismo que a mí cuando dijo:
—Beta Xavier, ¡quién te crees que eres para hablarle así a Su Alteza! —exclamó con enojo.
Xavier miró a Jake con ferocidad y parecía estar a punto de estallar. Pero a Sebastián no parecía importarle el silencio de su hijo. Ignoró la tensión entre los dos Betas y se acercó a la celda de Theo.
—¿Cómo nos sentimos? —preguntó con sorna.
Theo ni siquiera alzó la mirada, solo mantuvo sus ojos en el suelo.