Aurora suspiró—. Realmente sentía lástima por él.
—Yo también. Pero no puedo mentirle. Eso solo lo heriría más en el futuro.
Aurora sonrió irónicamente—. Tal vez tengas razón. Señorita, fue agradable hablar contigo. Aquí tienes tu cena. Si necesitas algo más, por favor no dudes en decírmelo.
Observé cómo ella salía de la habitación, y no me molesté en intentar escapar. Había guardias fuera, guardias de Vaner.
Demarco probablemente estaría más que feliz de compartir sus recursos para ayudar a Warren a llegar a Theo.
Desde aquella noche, Warren venía a verme todos los días. Intentaba mantener conversaciones tranquilas con él durante sus visitas, pero con cada día que pasaba, lo veía más consumido por la oscuridad y empezaba a perder de vista al Warren que conocía.
Se había ido ese calor en sus ojos. Ahora todo lo que podía ver era venganza.
Miré hacia la luna y miré al cielo.
—Maggie —susurré—, él está sufriendo tanto y no sé cómo ayudarlo. ¿Qué debo hacer? ¿Qué harías tú?