—Sentado en el banco de los jardines, bebiendo vino y escuchando la historia de Ciana, una ola tras otra de confusión me invadía.
—Hablaba de un incidente de hace ocho años, y sin embargo... no lo recordaba en absoluto.
—¿Perdido en el bosque? ¿Herido? ¿Recogiendo una flor para ella en la cima de una montaña sobre el acantilado? Estaba bastante seguro de que si hubiera estado allí, recordaría al menos un poco de eso.
—Cuando concluyó su relato con, "Cuando vi tu brazalete, supe con certeza... que eras tú. Eras el joven que encontré en el bosque todos esos años atrás. Todo este tiempo, he soñado con volver a encontrarte". Sus mejillas se sonrojaron de un rojo oscuro, y entendí que decía estas cosas no solo como una chica que ha encontrado a un viejo amigo perdido.
—¿Ella sentía algo por este joven—por mí?
—Vaya… —dije, sin saber qué más responder—. Todo este tiempo….