—La había tocado.
—Había tocado a la chica, *Ciana*, y ella no se había apartado de mí. No tenía miedo, ni parecía disgustada por mí.
—Aquí está, Padre —dije, entregándole a mi papá el libro que había pedido—. Si estaría más cómodo trabajando en su propia oficina, puedo hacer que le traigan los libros que necesite.
—Tonterías —dijo el rey, tomando el libro—. Estoy disfrutando mucho viendo a mi hijo con una joven tan encantadora. Los dos hacen una bonita pareja. —Se rió entre dientes, y mi estómago se retorció en un nudo.
Aunque estaba feliz de que mi plan estuviera funcionando y pudiéramos engañarlo haciéndole pensar que *Ciana* era una mujer que me interesaba, no me gustaba tener que fingir así en mi propia oficina.
¡Y ese café que me había traído era horrible! Estaba claro que ella había agarrado ese asqueroso endulzante de plátano que usa Jake, en lugar del mío. ¡Y obviamente no sabía qué significaba echar un "toque" de endulzante!