Maeve
La nieve caía en densas y pesadas capas mientras caminábamos por el muelle, nuestros pasos absorbidos en el vacío de silencio total y completo que acompañaba tal clima. Apenas podía ver la aldea a través de la nieve, solo atisbos de las cabañas multicolores que estaban anidadas cerca de la orilla. La nieve era pesada, deslizándose de los techos metálicos mientras las cabañas se calentaban por dentro y el humo de la madera se canalizaba por las chimeneas.
Mis pasos se sentían inestables mientras caminaba, no acostumbrada a estar en tierra firme después de cinco semanas en el mar. El viaje tomó más tiempo de lo esperado, habiendo encontrado mal tiempo mientras pasábamos por las Islas y diversos desafíos con el barco mientras avanzábamos por el agua llena de hielo de la costa noreste. Hubo algunas veces que casi nos rendimos, debatiendo si girar hacia el oeste y buscar refugio en Breles, inseguros de qué nos esperaba si nos quedábamos al este y desembarcábamos en Valoria.