**POV de Rosalía**
Soren se estaba recuperando constantemente, pero la manada no estaba muy contenta con su estancia.
—¡Su Majestad! —Cerina llamó a la puerta abierta de mi oficina.
—Cerina —levanté la vista de los montones de documentación y materiales de estudio y la saludé.
—¿Dónde está el príncipe? —El príncipe era mi bebé.
—Está con Seraphine. ¿Necesitas algo de mí?
Cerina respiró profundamente por la nariz, lo contuvo un momento y luego lo soltó. —Sí, Su Majestad.
Me levanté de mi escritorio y le hice un gesto para que se sentara en el sofá conmigo.
—¿Esto tiene que ver con Soren?
Asintió. Era obvio que no estaba contenta con su presencia, y no podía culparla.
Comencé, —Sé que es difícil para cualquiera entender por qué no lo he encerrado o ejecutado simplemente. Pero nuestra relación es compleja. Él me ayudó cuando necesitaba asistencia, y me gustaría hacer lo mismo por él.