**Punto de vista de Ethan**
Una quietud se apoderó de la sala del trono cuando entré. El Rey James lucía exhausto, con profundas ojeras bajo sus ojos, y Talon parecía angustiado. Tenía los dientes apretados, y sentí que quería decirme algo.
Pero había dejado a Rosalía y a mi bebé para viajar una gran distancia y estar aquí. Quedaba claro que algo caótico estaba sucediendo, ya que utilicé un túnel poco conocido para entrar a la capital con los hombres que me acompañaban.
Ahora, estaba frente a un grupo de hombres que me miraban fijamente, esperando a que el rey respondiera a mi pregunta.
—¿Quién no tiene necesidad de hablar si no se le habla? —le pregunté. Seguramente, nadie debía dirigirse a Talon de una manera tan irrespetuosa.
Ciertamente, mi Beta era un subordinado, pero nunca había sido otra cosa que un soldado leal y respetuoso para con el rey.