—Tenemos que irnos a dormir pronto, tengo que trabajar mañana —dice Tobias. Bostezo de repente sintiéndome cansada, debe ser tarde. Voy a decir algo pero me detengo, sin querer repetir lo de antes. Los sigo hasta la habitación y me meto en la cama. Tobias se quita la camisa y se mete a mi lado. Theo enciende una pequeña lámpara y agarra un libro antes de tumbarse a mi lado. Mis cejas se fruncen confundidas. —¿No estás cansado? —pregunto.
—Los vampiros no duermen, Imogen.
—Pero te vi dormir —pregunto confundida.
—No, no dormimos, pero entramos en un trance que se parece al sueño —me dice Tobias. —bosteza a mi lado y me empuja contra él.
—¿Qué quieres decir?
—Bueno, es como estar atrapado en tus propios pensamientos, de alguna manera atrapado. No te das cuenta del paso del tiempo —dice.
Odio estar atrapado en mi propia mente; es mi mayor crítico, no podría imaginar estar atrapado en ella. —¿Cuánto dura? —Theo parece pensar un segundo antes de responder.