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—Después de ir a ver a Catherine ayer, volví a casa y no salí —dijo Gina—. Mi asistente me estuvo llamando, pero no me atrevía a contestar, porque sabía que iba a ser malas noticias.
—Regresé al territorio de la Manada Luna Negra y destrocé todo en la habitación. Pero seguía furiosa.
—Dormí todo el día y la noche en la sala vacía.
—Finalmente, por la tarde, el Alfa de la Manada Luna Negra volvió a casa junto con su Luna, mi madre.
—Gina, ¿qué demonios pasó? ¿Qué te pasa? —Mi madre Elena acababa de terminar su viaje. Estaba horrorizada al verme encogida en el sofá y la sala desordenada. Se acercó apresurada y me preguntó.
—Cubrí mi cara y lloré —continuó Gina—. Dije, "Elena, esa perra Catherine le contó a Blake lo que pasó hace cinco años. Y ahora Blake está enojado conmigo, diciendo que le mentí. Me ha quitado todos los patrocinios. No sé qué hará conmigo después. Elena, estoy perdida".