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******Cinco años después******
Punto de vista de Catherine
—Señorita, deje de mirarnos o me enojaré —un niño lindo dijo mientras miraba a la mujer lobo que se apoyaba en un árbol cercano para descansar.
El chico era mi hijo, Noah Wyatt. Su mirada seria divertía a esos pícaros que nos rodeaban y que también descansaban.
—Noah, relájate —acaricié suavemente el cabello de mi hijo y acerqué a mi hija hacia mí.
Hace cinco años, me volví una pícara después de ser expulsada de mi manada por mi padre, el Alfa. Más tarde, descubrí que estaba embarazada.
Afortunadamente, una amiga de mi madre, Mabel Erich, me tendió una mano. Sin embargo, no pude unirme a su manada debido a mi padre.
Con el cuidado de Mabel, di a luz a mis gemelos, Noah y Hedwig.
—Mami, ¿estás cansada? Puedes tomar una siesta y Noah y yo te vigilaremos —Hedwig me miró con sus grandes ojos.
Noah y Hedwig eran muy lindos.
Noah era mayor que Hedwig. A pesar de su juventud, era más maduro que otros de su edad. Tenía una cara lista con ojos brillantes e inteligentes.
En cuanto a Hedwig, era encantadora con su piel clara.
Gracias a ellos, nos resultaba fácil obtener ayuda cuando nos encontrábamos con otros pícaros.
Esta vez, me uní a algunos pícaros para participar en la reunión de apareamiento en el Bosque Sombra.
No todos los pícaros nacían siendo lobos solitarios. Algunos se vieron forzados a convertirse en pícaros porque sus manadas habían sido aniquiladas.
Anhelaban regresar a las manadas y llevar una vida estable.
Había muchos lobos en la reunión de apareamiento cada año. Por lo tanto, muchos pícaros venían aquí para ver si podían encontrar a sus compañeros o persuadir a un Alfa para que los acogiera.
Durante los últimos cinco años, había vivido lejos de Nueva Jersey, lejos de la manada de mi padre. Tenía tantos malos recuerdos allí.
Esta vez, volví solo para buscar el collar perdido que me dio mi madre.
Además, Noah y Hedwig ya tenían edad para ir a la escuela.
Aunque tenía un trabajo en Pensilvania, aún esperaba que Noah y Hedwig pudieran estudiar en una escuela de hombres lobo. Después de todo, ambos eran hombres lobo.
Sin embargo, ninguna escuela de hombres lobo aceptaría a hijos de pícaros. Por esta razón, tenía que unirme a una manada de lobos. Aunque era una pícara soltera con dos hijos, creía que algunas manadas nos acogerían porque querían más cachorros.
Media hora después, decidí que el descanso había terminado y continuamos nuestro viaje.
—Mami, ¿no podemos descansar un poco más? —Hedwig tomó mi mano y preguntó con una voz tierna.
—Hedwig, este bosque no pertenece a ninguna manada. No es seguro, por eso necesitamos irnos lo antes posible —besé a mi hija en la mejilla y dije.
—Mami, eres tan lamentable. Cuidaste de nosotros toda la noche y ni siquiera dormiste —Hedwig tenía una mirada preocupada en su carita regordeta.
—Hedwig, ya que sabes lo que Mami hizo por nosotros, no hagas que Mami se enoje de nuevo. ¿Entendido? —Noah acarició la cabeza de Hedwig y habló como un adulto.
—¡Claro! ¡Me portaré bien! —Una dulce sonrisa se extendió por el rostro de Hedwig.
Me sentía feliz y culpable a la vez ya que Noah y Hedwig eran tan considerados.
Caminamos durante otra media hora y finalmente dejamos atrás el extraño bosque. Al ver el paisaje familiar frente a nosotros, no pude evitar exclamar en mi corazón.
'Han pasado cinco años, y finalmente he vuelto.'
Miré a los dos niños y sentí como si hubiera tenido un sueño.
—Vamos al lugar de Mabel ahora —estaba de pie al lado de la carretera con una maleta en la mano. Pronto vi acercarse un coche.
El coche se detuvo frente a nosotros. Un hombre de mediana edad salió del coche y me saludó con una sonrisa. El hombre dijo:
—¿Eres Catherine? Soy Carl. Mabel me pidió que te recogiera. No podrás pasar la inspección de la manada sin mi coche.
Asentí con una sonrisa y dije a Carl:
—Sí, soy Catherine. ¡Gracias!
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Carl soltó una carcajada fuerte y puso mi equipaje en el coche.
Al ver a Noah y Hedwig, Carl inmediatamente mostró su afecto por ellos. —¡Ustedes dos deben ser Noah y Hedwig! Se ven adorables. Al escuchar los elogios de Carl, no pude evitar mirar a Noah y Hedwig.
En efecto, Noah y Hedwig tenían buenos genes. Eran como dos gotas de agua.
Noah era guapo, y Hedwig era dulce. Además, tenían algo en común: ambos tenían rasgos perfectos.
No pude evitar tocarme la cara. Siempre sentí que los niños no se parecían a mí.
Parecía que habían heredado sus genes principalmente de su padre.
Al pensar en su padre, me entró un sudor frío.
Ese hombre se había convertido en mi pesadilla.
—Mami, ¿en qué estás pensando? —Los dos niños eran tan vivaces y enérgicos que seguían hablando incluso en el coche.
Afortunadamente, a Carl le gustaban los niños. Estaba escuchando a Hedwig hablar sobre lo que había visto en Pensilvania.
Suspiré aliviada y miré por la ventana.
De repente, vi una cara familiar en las vallas publicitarias a lo largo del camino.
Era Gina.
Durante los cinco años, Gina parecía haber tenido buena suerte y se había convertido en una estrella famosa en Nueva Jersey.
Era increíble porque Gina no era sobresaliente ni siquiera entre los hombres lobo.
Miré la descripción de Gina en la valla publicitaria: pura y dulce.
—¿Qué coño? —Cuando estaba en la Manada Luna Negra, había oído que Gina había seducido a muchos hombres lobo sin compañero.
—¿Cómo podía ser Gina pura y dulce? —Esto me recordó a mi padre.
La vida era injusta.
Mis padres eran Alfa y Luna, pero yo me convertí en una pícara y ni siquiera podía darles a mis hijos una vida estable.
No pude evitar abrazar más fuerte a mis hijos.
Noah y Hedwig parecían estar un poco cansados. Se acurrucaron en mis brazos y parecían adormecidos.
En unos minutos, Hedwig se quedó dormida. Escuché su respiración tranquila y miré a Noah. Aunque Noah también estaba cansado, se esforzaba por no quedarse dormido. Era realmente un buen chico.
Sabía que solo estaba preocupado por no agotarme.
—Mami, ¡el edificio es tan alto! —Noah de repente señaló un edificio alto a través de la ventana y gritó con curiosidad.
Miré hacia allá y en efecto vi un rascacielos.
Ubicado en Sayreville, el Bosque Sombra era solo un pueblo en Nueva Jersey, aunque no estaba lejos de Nueva York.
Por eso, un edificio tan alto era raro aquí.
—Oh, esa es la sucursal del Grupo Chavez en Sayreville. Te contaré un secreto, el Grupo Chavez pertenece al nuevo Rey Lycan, y se dice que la sede central está en Nueva York —Carl, que conducía, miró por la ventana y nos explicó.
—Ojalá pudiera entrar y echar un vistazo —Noah miraba el edificio con una mirada inocente y a regañadientes apartó la vista.
Me reí, —Allí trabajan los miembros de la familia real, así que no es un lugar para visitantes.
Noah me miró y frunció los labios, viéndose un poco molesto.