Se disolvió en su abrazo, atrayéndolo más hacia ella, lágrimas llenando su garganta y derramándose desde debajo de sus párpados cerrados.
—Recuerdas.
Había sido solo una noche, pero se sentía como una eternidad.
Esperaba que algo así no volviera a ocurrir. Era demasiado para ella soportar.
—Lo siento tanto. Eres tan importante para mí. ¿Cómo pude haberte olvidado? ¿Cómo... —su voz se desvaneció y sus brazos se apretaron alrededor de ella—. Oh, por Ignas, ¿cómo? Te amo.
—Yo también te amo y no es tu culpa —hizo una pausa leve—, ahora recuerdas.
Él se apartó tras ella, revisándola por completo mientras palabras de preocupación caían de su boca.
Sus párpados se abrieron de golpe, era más que agradable poder ver su rostro nuevamente.
—¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Estás bien?
—Estoy bien, Eli.
Asintió, suspirando aliviado.
—Tuve que irme. Me disculpo por no estar a tu lado cuando despertaste, realmente quería esperar---
Ella negó con la cabeza y sonrió. —Entiendo.