—Andando a caballo no era lo de Eli.
—Esta bestia no parecía lo suficientemente grande para ser montada, pero no tenía elección.
—Este lugar le resultaba muy familiar, pero eso era todo.
—No estaba seguro si era su debilidad o si había algo más a lo que culpar por esto.
—El bosque estaba en silencio y el hecho de que los aldeanos no visitaran este lugar por miedo al rumor de que estaba maldito, era una buena señal. No se habían encontrado con nadie desde que entraron en el bosque.
—Verdaderamente, el bosque de Neq'tar tenía algunas capacidades mágicas, no era tan horrible como los aldeanos describían. Solo cambiaba pequeñas cosas de un lugar a otro y para la mente de los humanos, eso podía ser muy confuso. La mayoría de ellos se podrían perder y les resultaría difícil salir del bosque, pero siempre lo hacían y cuando lo hacían, salían corriendo, calificándolo de maldito.