Advertencia de activación: Un poco de violencia física. También muerte, tal vez.
—¡La toqué! Hice todo lo que te puedas imaginar y a ella le encantó —gritó, tironeando contra las cadenas que lo ataban y sin progresar.
Alguien lo había golpeado por detrás antes y se había desmayado. Su cabeza le dolía y todo su cuerpo sufría por lo apretado que las cadenas abrazaban su piel.
Se había despertado para encontrarse en una mazmorra y poco después, lo habían arrastrado aquí.
A este lugar oscuro y vacío. La única luz era la antorcha en la mano del Rey que se reflejaba en su máscara dorada.
—Ella gritó mi nombre. Me dijo que deseaba que fuera tú y que no tuviera que fingir tolerarte solo para que no la mataras. ¡Monstruo! —se esforzó por levantarse de la posición en la que lo habían empujado.
Era inquietante ver al Rey tan inmóvil frente a él, su máscara le ponía en una gran desventaja para medir su reacción a sus palabras.
¿Le creería?
No podía descifrarlo.