Belladonna despertó con la luz del sol filtrándose por la cortina y calentando sus párpados.
Aparte de sentir que el mundo se había desvanecido demasiado rápido y que el tiempo probablemente había saltado, había un ligero golpeteo en su cabeza con el que tenía que lidiar.
Sus dedos se deslizaron por su cabello, encontrándolo enredado, aunque tuvo que sacarlos y presionarlos contra su frente arrugada en busca de alivio.
¿Por qué sentía que estaba olvidando algo?
Justo cuando ese pensamiento cruzó por su mente, imágenes inundaron su mente, se estremeció al recordar cómo había actuado intoxicada y cómo cada uno de sus movimientos había sido descarado.
El golpe en la puerta la hizo saltar y con pasos un poco tambaleantes por lo débil que se sentía, había respondido a la puerta. Era la nueva criada pero realmente no tenía nada que decirle. Era extraño ver a otra persona atendiéndola que no fuera Raquel, tendría que verificar más tarde cómo estaba para ver si se estaba recuperando.