—Ella había prometido no interferir en los asuntos familiares de ellos, pero eso no la detuvo de ver lo que Colin estaba haciendo como una estupidez.
—¿Por qué rechazar ayuda para tu hija solo por tu ego y tener a tu esposa incapaz de hacer algo al respecto porque tú eres el 'marido'?
—Se sentía más como una jaula que un matrimonio, pero ¿quién era ella para juzgar?
—La gente diferente tenía sus formas de hacer las cosas y si ella intentara ayudar a Raquel a salir de ello, sentía que sólo lo vería como un castigo en lugar de un favor. Esta era una vida que ella conocía y no sabía nada fuera de ella.
—Quizás en el futuro lo cambiaría, pero hasta que ese mes terminara, debía mantenerse totalmente al margen.
—Buenos días, Colin —saludó ella.
—Mi Dama, el Rey no podrá acompañarla en el desayuno esta mañana. Se me ha ordenado expresar sus más sinceras disculpas y su promesa de compensárselo en la cena —informó él.
—Gracias. Su esposa ya me lo había dicho —respondería ella.