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Chapter 9 - 9 Vestido de Novia

Punto de vista de Kayla

—¡Kayla, por fin llegaste!

Tan pronto como entré en la tienda de novias, Ámbar me tomó de la mano y me llevó al área de pruebas VIP.

—Mira estos, son las últimas llegadas. Ayúdame aquí, no puedo decidir cuál me queda bien.

Ámbar me llevó a estantes llenos de diferentes estilos de vestidos de novia. Había al menos veinte vestidos diferentes colgados en el perchero de casi tres metros de largo. En el sofá había algunos vestidos que ya había probado.

No solo Ámbar estaba abrumada, sino que incluso como observadora, me encontraba deslumbrada por la variedad.

—Ámbar, con tu figura delgada, podrías enfocarte en vestidos con corte A o escote corazón. En cuanto a la tela, el satén o el encaje podrían ser una buena combinación para tu estilo.

Observé cuidadosamente a Ámbar de pies a cabeza y elegí algunos estilos adecuados.

—Tus ideas siempre son geniales —Ámbar asintió de acuerdo mientras examinaba los vestidos que había elegido.

—Trabajé como editora para una revista de moda cuando estuve en Europa, así que sé un poco sobre belleza.

—¡Eso es maravilloso! —Ámbar soltó un suspiro aliviado—. ¡No tienes idea de lo estresante que puede ser planear una boda! Solo elegir un vestido de novia y preparar la recepción me ha tenido abrumada.

Con la ayuda del asistente, Ámbar acababa de cambiarse del último vestido a uno con una cola grande. Ahora estaba ajustando un corpiño, preparándose para ponerse el próximo vestido.

—Por cierto, Kayla, ya he elegido tu vestido de dama de honor. Pruébatelo, ¿a ver si te queda?

Ámbar, con sólo su cabeza libre para moverse debido al corpiño, se me quedó mirando y me señaló con los ojos el vestido azul claro colgado en el perchero.

—Claro.

Me quité el vestido de dama de honor, decliné cortésmente la ayuda del asistente, y caminé hacia el probador cercano para ponérmelo.

El vestido de dama de honor que Ámbar había elegido para mí era de un azul claro. Tenía un diseño sencillo pero elegante, con un escote corazón y una abertura alta en la falda larga. El vestido tenía un diseño hueco en la cintura, añadiendo un toque sexy.

Mientras me miraba en el espejo, por alguna razón, fragmentos de momentos con Harrison pasaron por mi mente. Él alguna vez dijo que quería casarse conmigo. Mencionó que me vería hermosa en un vestido de novia, pero que nunca tendría la oportunidad de usar uno para él.

Hace 6 años, Harrison no era tan imponente como ahora, pero aún así era orgulloso. En ese entonces, aún no había experimentado ningún contratiempo, así que cuando capté el olor de mi compañero, corrí hacia Harrison como una cierva feliz. Aunque siempre me mostró una cara fría al principio, el lazo de compañero me hace tener una pasión y un amor indescriptibles por él. Lo amo con todo mi corazón, y creo que algún día él me amará.

Pero las cosas no han sido fáciles. Cuando Harrison finalmente respondió a mi entusiasmo, escuché muchos chismes desagradables. Decían que Harrison nunca podría convertirse en Alfa, que sería abandonado por el Consejo de Anciano, y que yo era solo una herramienta para que Harrison pasara la prueba.

Estuve triste por unos días. Luego supe lo que Harrison había pasado cuando tenía ocho años. Lo siento por él. Reorganicé mi ánimo, ya no triste. ¿Qué importa si soy una herramienta? ¿No significa eso que me necesita? ¿No es ayudar a mi novio a convertirse en alfa algo de lo que estar orgullosa?

Pero cuando su madre me encontró, me pregunté si mi amor valía algo.

—Solo vienes de una manada pequeña y no te mereces a Harrison. Él está ahora en un período crítico. Si no se convierte en Alfa, será expulsado a convertirse en un pícaro. Necesita a la hija de una manada fuerte, no a una chica tonta como tú.

Esto se siente realmente mal. ¿No es el arreglo de la diosa de la luna todo? ¿Por qué mi amor y mi valor deben medirse por el dinero y el poder?

¿Soy realmente una carga para Harrison?

Fue la primera vez que no supe cómo enfrentarme a Harrison. En mi confusión, tomé una semana libre en la escuela para evitar los rumores y a Harrison. Me quedé envuelta en mi manta todo el día, usando el sueño para bloquear los pensamientos confusos en mi mente.

El tercer día de mi baja por enfermedad, Harrison apareció bajo mi ventana.

Pequeños guijarros golpeando contra mi ventana interrumpieron mi noche ya sin sueño. Pensé que era solo algún niño travieso de la manada haciendo una broma, pero para mi sorpresa, allí abajo estaba nada menos que Harrison.

Estaba tan emocionada que ni siquiera me molesté en cambiarme el pijama. Salí descalza.

A medida que me acercaba y veía su rostro apuesto, todas mis preocupaciones recientes regresaron a mí.

—Sé de qué te has estado preocupando —dijo, los ojos profundos de Harrison parecían leer mis pensamientos.

—¿Tienes miedo de que te deje, verdad?

Mi rostro se enrojeció instantáneamente. Bajé la cabeza, incapaz de encontrar la mirada de Harrison, y respondí con el silencio.

—Recuerda, nunca fuiste un problema, sino mi novia. Cuando me convierta en el Alfa —la voz de Harrison hizo una pausa por un momento, como si estuviera contemplando una decisión significativa—. Serás mi Luna, Kayla Reeves. Lo prometo. Después de convertirme en Alfa, me casaré contigo y te haré la novia más feliz.

Levanté la mirada abruptamente.

—¿Estás dispuesta a esperar hasta ese día?

La expresión de Harrison era resuelta mientras extendía su mano derecha, con la palma hacia arriba.

—Lo estoy.

Una sonrisa profunda se extendió por mi rostro mientras ponía mi mano en la de Harrison, y al siguiente segundo, nuestros dedos se entrelazaron.

—Te esperaré.