—¿Qué vas a hacer? —preguntó Layla, arqueando una ceja inquisitiva—. Por cierto, no preguntaste por qué me reuní con Roderick. —Su mirada cayó, su tono llevaba un toque de vulnerabilidad.
—No vi la necesidad de preguntar —respondió Lucio con suavidad—. Puedes decirme si quieres. —Le indicó que se sentara primero.
Sentándose a su lado, Layla respiró hondo. —He decidido asociarme con Roderick en un proyecto —comenzó—, pero hay más en esto. Detrás de esta asociación hay un motivo egoísta. Ya me he vengado de mi familia, pero mi ex... él también me hizo daño. —Sus puños se cerraron ligeramente—. Y luego está la manera en que te menosprecia. Me enfurece. Quiero darle una lección, no solo por mí, sino por nosotros.
—Los labios de Lucio se curvaron en una sonrisa, una que irradiaba más orgullo que diversión.
—No estoy bromeando —dijo Layla firmemente, inclinándose hacia él.