```La mañana siguiente, Layla despertó sobresaltada, su sueño destrozado por la misma pesadilla recurrente que la había atormentado una y otra vez.
En ella, Orabela la había empujado al agua, observándola fríamente mientras luchaba, hundiéndose impotente bajo la superficie. La vívida imagen persistió en su mente mientras se incorporaba bruscamente, colocando una mano temblorosa en su frente, sus dedos agarrando fuertemente su cabello.
Su respiración era profunda y entrecortada mientras intentaba sacudirse el miedo persistente.
—¿Por qué tengo esta pesadilla otra vez? —murmuró, con frustración en su voz mientras miraba hacia abajo a su cuerpo.