—¿En qué es que no quieres incluir a Lucio? —preguntó Demitri en un tono ligero con intriga, una leve sonrisa todavía persistiendo en sus labios—. ¿No son ustedes dos prácticamente como hermanos? Siempre has compartido todo con él —agregó.
—Tienes razón. Lucio y yo somos como hermanos, pero también sabes que mi vida está profundamente ligada al mundo de la mafia, a diferencia de la suya. No quiero que él siga siendo parte de esta profesión por mucho tiempo. Él merece algo mejor —Matteo devolvió la sonrisa, aunque era más suave y llevaba un matiz de resignación—, hizo un ligero asentimiento antes de responder.
—Pero a Lucio le encanta trabajar contigo —comentó Demitri.