—… La persona que le quitó el velo no fui yo… fue ese gato…
Bobby no pudo evitar replicar. Él no había sido quien quitó el velo, entonces, ¿por qué lo culpaban?
En el momento crítico, había intentado sacar a Loki, pero se había escondido dentro de la jaula de lanzas y se había quedado dormido.
—Es tu mascota, así que eres responsable —dijo el Señor Caspian—. Después de todo, eres un Domador de Bestias.
Aquellos cercanos se acercaron para felicitarlo.
—Felicidades, mi Señor. Creo que será un gran yerno.
—Jajaja, pronto podremos beber el vino del Señor Caspian.
Algunos murmuraban tras su espalda. Todos eran expertos en el Reino del Espíritu Verdadero, pero aún así mostraban gran respeto al Señor Caspian.
Bobby entendió que el Señor Caspian tenía el control de casi todo allí. Si eso era lo que deseaba, nadie podía negárselo.