ADVERTENCIA
Este capítulo contiene escenas de violencia, trauma y contenido emocionalmente intenso que pueden ser perturbadoras para algunos lectores
Es bajo a tu responsabilidad si quieres leerlo
Ayelen se hundió en el sofá, rodeada de la oscuridad de la sala. Su mente estaba llena de pensamientos y recuerdos.
Recordaba la llegada a la casa, el encuentro con Miguel, y luego con Mr. Happy. Su corazón se aceleraba solo de pensar en él
La casa era un laberinto de secretos y miedos. El sótano de Mr. Happy, un lugar que ella nunca quería volver a ver
Y entonces estaba Eskip, el chico peliblanco con raíces negras. Su sonrisa y su mirada la habían hecho sentir segura.
Pero la pelea entre Eskip y Mr. Happy había cambiado todo. El cuerno roto, la identidad perdida.
Y ahora, Eskip se había ido. La había dejado sola en esa casa de locos.
De repente, Ayelen escuchó un ruido extraño en el piso de arriba.
Se levantó del sofá y subió las escaleras, su corazón latiendo con fuerza.
Al llegar arriba, vio la habitación de Miguel la puerta estaba entreabierta, como si alguien la hubiera abandonado.
Ayelen empujó la puerta y entró en la habitación. Lo que vio la hizo detenerse en seco.
Miguel estaba de espaldas, mirandose en el espejo. Pero no era su postura lo que llamaba la atención de Ayelen.
Era el cuello de Miguel. Tenía una mordida enorme, con la piel expuesta y sangre seca alrededor. Parecía como si alguien le hubiera devorado la carne.
Ayelen se sintió un nudo en la garganta. ¿Qué había pasado?
Miguel se dio la vuelta, y Ayelen vio su rostro. Estaba pálido, con ojeras oscuras y una mirada vacía,se veía más enfermo que antes
Ayelen=Miguel, ¿qué... qué te pasó?, preguntó Ayelen, intentando mantener la calma.
Miguel se asustó al verla. Se alejó del espejo y se acercó a Ayelen, con una mirada fria
Miguel=Nada, Ayelen-dijo, con una voz baja y rara. "Nada importante."
De repente, Miguel se detuvo, con la mirada perdida en el espacio.
Un flashback cruzó su mente.
Me estremeci al recordar lo que había pasado ayer
Estaba atrapado en una oscuridad infinita, Sentía su aliento frío en mi cuello, su saliva caliente en mi piel. Me mordió con saña, como si quisiera desgarrarme la vida.
Miguel hizo una pausa, como si estuviera reviviendo el momento.
El dolor era insoportable, pero lo dejo continuar. Sentía como si mi carne se estuviera desgarrando, como si mi alma se estuviera escapando de mi cuerpo. Pero no podía gritar, no podía moverme.
Pero lo peor no era el dolor. Lo peor era la sensación de que lo estaba complaciendo que estaba satisfaciendo su sed de sangre y su deseo de comer
Miguel siguió pensando sin decir ninguna palabra
Me sentía sucio, contaminado. Me sentía como si hubiera perdido mi dignidad, mi humanidad. Pero al mismo tiempo, sentí una extraña sensación de placer.que no podía explicar
Miguel se estremeció de nuevo.
Placer de haber complacido a alguien que el queria, Placer de haber sido querido, aunque fuera de manera twisted y enfermiza.
Ayelen se sintió extraña.al ver que Miguel no decía nada y estaba disociando ¿Qué había pasado realmente?
Ayelen=Miguel, ¿qué pasa?, preguntó de nuevo, intentando romper el silencio.
Miguel sacudió la cabeza.
Miguel=Nada, Ayelen. Solo necesito descansar
Ayelen se preocupó.
Ayelen=¿Estás seguro que estás bien?" preguntó.
Miguel se quedó callado ...
De repente, Miguel se derrumbó, cayendo de rodillas al suelo.
Ayelen se acercó, preocupada.
Ayelen=Miguel, no..., dijo, intentando ayudarlo.
Pero Miguel la miró, con una expresión de dolor y desesperación.
Miguel=No, dijo, con una voz ronca. "No puedes ayudarme. Nadie puede ayudarme."
Ayelen se detuvo, sorprendida por su reacción.
Ayelen=Miguel, por favor..., murmuró, intentando acercarse de nuevo.
Pero Miguel la miró con una mirada triste y enojada.
Miguel=¡No!, gritó. "No puedes entender lo que pasé. No puedes entender el dolor que siento."
Ayelen se retrocedió, herida por sus palabras.
Ayelen=Miguel, lo siento...-con una voz temblorosa.
Pero Miguel no la escuchó. Se cubrió la cara con las manos y comenzó a llorar, su cuerpo sacudido por sollozos y sus rodillas pegando al piso
Ayelen se quedó allí, parada, sin saber qué hacer. Quería ayudarlo, pero Miguel la había rechazado
Pasó un rato en silencio, conmigo sentada junto a Miguel en el suelo. Su llanto se había calmado, pero su rostro seguía desencajado por el dolor.
Parecía que mi presencia lo había calmado un poco
Me levanté lentamente, pensando que era hora de darle espacio.
Ayelen=Miguel, no puedo entender tu dolor, susurro suavemente. "Te dejaré solo por un rato. Espero que te sientas mejor."
Me di la vuelta para irme, pero escuché su voz detrás de mí.
Miguel=Ayelen, no...-con una voz ronca y sin vida
Me detuve y me di la vuelta.
Ayelen=Miguel, necesitas espacio..., comencé a decir.
Pero Miguel se levantó y se acercó a mí, su rostro desesperado.
Miguel=No es espacio lo que necesito
-suplico con voz quebrada . "Solo quiero ser querido...No me dejes solo."
Su voz se quebró, y su mirada se llenó de lágrimas.
Me sentí conmovida por su sinceridad. Me acerqué a él y lo abracé.
Ayelen=No te dejaré solo, Miguel", afirme. "Estoy aquí para ti."
Miguel se aferró a mí, su cuerpo sacudido por sollozos.y sus manos rasgando mi espalda como si él no quisiera soltarme, Lo sostuve, dejando que se desahogara en mi hombro.
En ese momento no sabía que hacer pero era evidente que no lo dejaría ahogarse aquí solo