Mientras la prota salía de la escuela, se despedía de sus compañeros. Ayelen pensó: "Este día ha estado muy tranquilo, pero algo no está bien". La brisa fresca del atardecer acariciaba su rostro, y el sol se escondía detrás de los edificios, proyectando sombras largas y oscuras que parecían moverse.
Ella se apresuró, sabiendo que su madre la esperaba en casa. "Debería irme rápido, está anocheciendo, y no quiero estar sola en la oscuridad", se dijo a sí misma.
20 minutos después, está en la carretera, faltando poco para llegar a su casa. La luz del atardecer se reflejaba en los edificios, creando un paisaje surrealista que parecía sacado de una pesadilla. Ella se fijó a los dos lados, no observó nada y decidió cruzar.
El sonido de sus pasos resonaba en el silencio, y de repente, escuchó un susurro detrás de ella. "¿Quién hay ahí?", preguntó, pero no obtuvo respuesta.
Pero a lo lejos se ve una luz blanca muy fuerte. Anyelen se detuvo, intrigada. "¿Qué es eso?" preguntó en voz baja, pero demasiado tarde.
La extraña luz blanca vino muy rápido hacia ella, envolviéndola en un abismo de claridad. Todo se oscureció a su alrededor. La sensación de vértigo la invadió.
Ella se despertó en un callejón pequeño, rodeada de edificios desgastados y basura esparcida. El olor a descomposición y humedad la golpeó. Ayelen se sentó, confundida. "¿Dónde estoy?" preguntó, mirando a su alrededor mientras se paraba del suelo.
La única luz provenía de una lámpara rota que colgaba del techo, proyectando sombras grotescas. Ella observó y su atención se fijó en un hombre que venía directo hacia ella.
Está se alejó, pero el hombre se acercaba más y más a ella. Ella trató de alejarse, hasta llegar a la pared. Su corazón latía con fuerza. Está cerró los ojos rogando que no le pasará nada.
Escuchó quejidos y una botella rompiéndose delante suyo. Está abrió los ojos y se dio cuenta de un chico sosteniendo la botella rota. Este se le quedó mirando y con una voz baja.
Chico= No eres de aquí, cierto?
Ella No dijo nada y desvió la mirada.
Chico= mmm... entiendo, no quieres hablar, está bien. Empezó a salir del callejón.
Ayelen= ¡NO! Espera -gritó.
Chico= ¿Qué pasa? -se volvió y la observó.
Ayelen= Puedo quedarme contigo?
Chico= ¿No tienes dónde ir, cierto?
Ayelen= Asintió.
Chico= Okey, puedes venir conmigo -sonriendo.
Se acercó y le agarró del brazo, sacándola del callejón.
Chico= Me llamo Miguel.
Miguel la guió por las calles oscuras, y ella se sentía segura a su lado. El sonido de sus pasos resonaba en el silencio.
Ayelen= ¿Dónde vamos?
Miguel= A un lugar seguro -sostuvo su mano.
Ayelen= ¿Qué es este lugar?
Miguel= Un refugio para personas como tú. Pero ten cuidado, no todos son lo que parecen.
Ayelen se estremeció al escuchar esas palabras. ¿Qué quería decir Miguel? ¿Qué secreto escondía ese lugar?