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Chapter 8 - Me gusta tu síntesis

El joven Alexander, porque después de ese día no he podido volverlo a llamar solo por su nombre, me ha estado evitando.

No se qué ha sucedido pero cuando está en la casa ya no me hace compañía como lo hizo luego de que Benjamín se fuera de regreso a la universidad.

Lo he visto salir varias veces con su hermana y con su novia. Según Benjamín, con quien he mantenido contacto por correo electrónico y mensajes de texto, han debido de volver.

Él en una oportunidad me dijo que su hermano no podría terminar esa relación y ahora le creo.

Hoy me han dado el día libre, algo que de verdad aprecio por lo que he salido a esa librería que Benjamín mencionó hace tiempo.

Él ha estado insistiendo en que vaya a dejar mi solicitud de trabajo. Para ser que está muy convencido de ese lugar. Yo por mi parte no me quiero ilusionar, no sé si podre conseguir este trabajo pero aún así no puedo dejar de sentirme nerviosa al respecto.

Llegar al lugar me toma algo de tiempo ya que he decidido hacer uso del metro de la ciudad y para ello he tenido que hacer varias escalas en diferentes lugares pero no importa. Hoy tengo tiempo.

Nada más ver la gran librería hace que mis manos suden.

Más que una librería es un lugar donde también se puede comer y tomar café y donde los clientes pueden hacer uso de los libros exhibidos mientras se consume o incluso comprar algunos ejemplares. Es hermoso.

Una vez dentro me recibe un joven bastante alegre. Me hace pensar que si podría ingresar ya que técnicamente tengo lo que se necesita. Amor por los libros.

Me emociono al saber que podría conseguir este empleo.

Las plazas de empleo ya están prácticamente llenas pero como el lugar ha tenido bastante buena recepción podrían necesitar mayores empleados además de que al tener experiencia al servir personas me da puntos extras.

Estoy por despedirme y salir de allí cuando una voz muy característica me hace sentir helada.

- ¿Qué se supone que estás haciendo tú aquí?

No tengo que girar para saber exactamente quién es.

- Eso es… ¿una solicitud de trabajo? – dice la voz de su amiga que enseguida reconozco.

¡Oh, Dios no!

- Pequeña malagradecida – gruñe la señorita Charlotte.

Giro rápidamente con la esperanza de estar equivocada pero solo me consigo con la señorita Charlotte y la señorita Casandra justo frente a mi.

Ambas me observan fijamente y me fulminan con la mirada en señal de molestia.

- Te hice una pregunta – exige Charlotte.

- Yo… eh…

A mí lado el joven que me estuvo explicando todo sobre el empleo parece confundido y no es para más.

Este par parece estar furiosas.

- ¿Qué se supone que estás haciendo tú aquí? – repite la señorita Charlotte – se supone que deberías de estar limpiando mi habitación.

- Hoy es mi día libre – masculló avergonzada.

Cada vez son más las personas que han volteado a vernos. Hemos llamado al atención de los clientes.

- ¿Día libre? – ríe su amiga – ¿Desde cuándo acá la servidumbre tiene días libres? – se burla.

No puedo evitar sentirme incluso aún más avergonzada que antes. Sus palabras me irritan pero se que no puedo hacer nada, por lo menos no antes de conseguir otro empleo.

- ¿Piensas que puedes dejar tus empleo en mi casa y venir a trabajar acá? – pregunta Charlotte antes de reír – oh, no – sacude su cabeza – tú no eres nadie para tomar estás decisiones.

- Yo solo…

- ¿Sucede algo? – pregunta una voz interrumpiéndome.

A nuestro lado ha llegado una joven mujer muy elegante quien nos observa atentamente ante el escándalo que esta atrayendo la atención de todos a nuestro alrededor.

- No, claro que no – niego rápidamente – yo…

- ¿Lottie? – se dirige a la señorita Charlotte ignorándome por completo.

La observo fijamente y por la forma en que se dirige a la hija de mis jefes se que se conocen.

- Está ha venido a buscar empleo aquí – responde Sandy de forma despectiva.

No se qué está sucediendo pero de pronto se que nada va a salir bien.

A mí lado el joven empleado sacude su cabeza casi imperceptiblemente y con una mueca de disculpa se aleja dejándome a solas con este trio de mujeres.

- ¿Y? – pregunta nuestra nueva acompañante.

- No la quiero ver trabajando aquí – me señala la señorita Charlotte.

Instintivamente doy un paso atrás sorprendida.

No puedo creer que esto realmente este sucediendo.

Yo sé que no le agrado a la señorita Charlotte ni a su amiga Casandra. Para ellas debería de ser bueno que yo esté buscando empleos en otros lados.

Eso significaría que yo ya no trabajaría en su casa.

- ¿Está quien es? – pregunta ahora viéndome fijamente.

- Yo soy…

- Ella no es nadie – me interrumpe la señorita Charlotte – solo una sirvienta que no conoce su lugar.

- ¿Trabajas para Charlotte? – me pregunta directamente después de considerarlo por varios segundos.

No muy segura de saber que está sucediendo asiento en respuesta.

Ella parece analizarme por lo que parece una eternidad hasta que se fija en la solicitud de empleo que tengo en mis manos. El chico alegre me la había entregado para que llenará mis datos y así podérsela llevar a su superior junto mi síntesis curricular.

- ¿Está es tu solicitud? – pregunta señalándola.

- Si – asiento.

Sin decir nada ella la toma de mis manos y tras echarle una rápida mirada vuelve a observarme a los ojos.

- ¿Te llamas Olivia?

- Si – vuelvo a asentir.

- Tienes una interesante síntesis – me hace saber – mucho gusto – extiende su mano para que yo pueda estrecharla – soy Elizabeth, la encargada del lugar – se presenta.

- Mucho gusto – respondo preocupada – Olivia – repito mi nombre aunque ella ya lo sabe.

Tras esto ultimo todas nos quedamos en silencio y aunque se que la presencia de la señorita Charlotte y Casandra no es algo bueno aún tengo la esperanza de que puedan irse sin causar más problemas pero ellas son tan volátiles y caprichosas que cualquier cosa podría salir mal con ellas aquí.

- Me gusta tu síntesis… - repite nuevamente mientras me observa fijamente la recién llegada.

A nuestro lado Casandra tose molesta pero hago como si no escuchase nada.

- Me gusta tu síntesis – dice otra vez – pero no tienes recomendaciones de tus actuales empleadores lo que me hace saber que no eres una buena trabajadora – continúa – por lo que te voy a pedir que te vayas de mi local y no vuelvas – dice justo antes de romper mi solicitud de trabajo por la mitad.