Ante este puñetazo, Zhao Jianlong no estaba asustado en lo absoluto.
No podía creer que miembros de la Asociación Letian se atrevieran a ser tan audaces como para cometer violencia a plena luz del día en la casa de su Familia Zhao.
¡Bang!
Un ruido fuerte estalló.
Zhao Jianlong se tambaleó hasta quedar aturdido, solo sintiendo tierra y piedras volando, golpeando su rostro dolorosamente.
En un momento, el polvo se asentó y Zhao Jianlong entonces se dio cuenta de que el puñetazo del Sr. Er lo había evitado y había golpeado el rocalla detrás de él.
—Tú... —Zhao Jianlong miró furioso, observando al Sr. Er.
El Sr. Er, por otro lado, reía a carcajadas.
—Zhao Jianlong, hoy estoy de buen humor, así que te perdonaré la vida, pero te advierto, únete a la Asociación Letian pronto, o si no, mi Asociación Letian aniquilará a tu Familia Zhao, sin dejar a nadie con vida.