Si Jessica fuera realmente una mujer, sería una cosa, pero maldita sea, Jessica no lo es, así que cada sonrisa y cada ceño fruncido de ella hacía que Hao Jian se sintiera incómodo.
—Pero ya que eres tan guapo, y como tienes tantas ganas de saber, te lo diré... —Jessica le lanzó a Hao Jian una mirada coqueta.
Hao Jian reprimió las ganas de golpearlo hasta matarlo y dijo con indiferencia, —No hace falta, en realidad no tengo tantas ganas de saberlo.
—Mmh~ No seas tímido, sé que quieres saberlo —se quejó Jessica coquetamente, dando un suave taconazo, comportándose incluso más femenina que una mujer. Pero ese tono coqueto, combinado con la voz ronca de un hombre, era simplemente extrañamente refrescante.
—... —Hao Jian se había petrificado.