Hao Jian lo siguió escaleras arriba hasta el segundo piso y entró en una habitación, donde encontró a siete u ocho hombres fornidos sentados. Estos hombres tenían expresiones desafiantes, y varios jugaban con pistolas, mirando a Hao Jian con sonrisas que estaban lejos de ser amigables.
Claramente, aunque Hao Jian era policía, si no podía demostrar una forma de intimidarlos, no iban a darle ni la hora del día.
Hao Jian también llevó su identidad encubierta al extremo, sacando una silla para sentarse, y luego, como si nadie más estuviera allí, tomó el café caliente de la mesa y se sirvió una taza, añadiendo dos cubos de azúcar con deliberada lentitud y compostura.
Al ver a Hao Jian así, los miembros de Estrellas Nocturnas quedaron completamente atónitos por su presencia, todos se congelaron en su lugar.
Después de tomar un sorbo de café, Hao Jian finalmente habló con tranquilidad —Bien, ahora dime, ¿dónde está Víctor?
