—El Señorito es muy considerado —dijo Yu Qianchong con apenas un atisbo de sonrisa, su expresión contenida porque la aparición de Liang Jiankun aquí era demasiado inusual. La Familia Yu no estaba relacionada con Liang Jiankun, y no había manera de que él hubiera venido específicamente a visitarlo.
—Je, ¿tú también estás aquí? —Liang Jiankun fingió como si acabara de notar a Hao Jian y preguntó sorprendido.
—Hablas como si no supieras que yo estaría aquí —Hao Jian respondió con una sonrisa.
—Hao Jian, ¿qué tipo de actitud es esa? ¿Cómo te atreves a hablarle al Señorito de esa manera? —Yu Zhixun miró a Hao Jian con furia.
—Tú eres su perro, yo no. Cómo le hablo es asunto mío —dijo Hao Jian con una risa desdeñosa.
—Tú... —Yu Zhixun se volvió verde de ira inmediatamente.
—Realmente no has cambiado en absoluto desde el principio, igual de arrogante —comentó Liang Jiankun, su sonrisa no llegaba a sus ojos.