—¿Qué dijo el Departamento de Disciplina Militar? —preguntó Hao Jian.
—Ya he hablado por teléfono con el Ministro Lin y dijo que cooperarían plenamente con nuestra operación —respondió Guo Shuxian, indicando que no había problemas.
—Si ese es el caso, pongámonos en marcha ahora mismo —Hao Jian estaba listo para actuar.
—¿Ponerse en marcha? ¿A dónde? —preguntó Guo Shuxian, confundida.
—Por supuesto, para enfrentarnos a ese Emperador Falso. Para cuando lo atrapes, quién sabe cuándo será eso —Hao Jian también estaba enfadado—. Alguien estaba realmente afirmando ser el Emperador, lo cual era bastante arrogante.
—Y también estaban planeando un ataque con bomba —Che Xiaoxiao y Guo Shuxian eran sus amigos—. Naturalmente estaba enfurecido.
—Pero, ¿sabes dónde está? —preguntó Guo Shuxian—. Era fácil para Hao Jian decirlo, pero ni siquiera ella sabía dónde estaba este Primer Emperador de Qin. ¿Cómo lo encontrarían?