La cara de Yu Zhixun se tornó verde. Las palabras de Yu Mingxiang y Yu Xiatang sonaban tan extrañas, ¿no es así? Era como si no pudieran esperar a verlo hacer el ridículo.
Yu Zhixun fulminó con la mirada a Hao Jian y dijo con voz profunda —¿Por qué ellos no tienen que arrodillarse, pero yo sí?
—¿Incluso necesitas preguntar? Es porque eres feo —dijo Hao Jian con una risa.
"..."
—Arrodíllate o no, si no te arrodillas, simplemente me iré —amenazó Hao Jian mientras hacía ademán de marcharse.
—Viejo Segundo, arrodíllate rápido, ¡no me obligues a ponerme físico! —amenazó impaciente Yu Xiatang. Haría cualquier cosa con tal de que Hao Jian accediera a tratar al viejo maestro.
Yu Zhixun se arrodilló de mala gana. Sabía que no tenía otra opción. Si no se arrodillaba, Yu Xiatang lo forzaría de todas maneras.
—Chico, ¡tienes agallas! —Los ojos de Yu Zhixun estaban llenos de ira mientras apretaba los dientes con odio.