—¿Todos lo han recordado? —Hao Jian miró a las chicas.
—Lo hemos recordado —las chicas asintieron al unísono.
—Bien, si siguen este método de masaje, verán resultados en un mes, y en medio año, ¡todas podrán convertirse en vacas lecheras! —Hao Jian bromeó.
Las mejillas de las chicas se enrojecieron mientras gritaban —¡Profesor, eres un golfo, profesor, no tienes vergüenza!
—Profesor, ¿es realmente efectiva su técnica de masaje? —Sin embargo, alguien todavía albergaba dudas y no estaba del todo convencido.
—Por supuesto que es efectiva, esta es una receta secreta familiar que el dinero no puede comprar. Si no ven los efectos después de un mes, ¡siéntanse libres de venir a mí! —Hao Jian palmeó su pecho como garantía.
—Profesor, si realmente no funciona y venimos a usted, ¿puede solucionar el problema?
—Ciertamente, si no funciona cuando lo hacen ustedes mismas, entonces yo, el profesor, ¡les daré personalmente un masaje! —Hao Jian se rió entre dientes maliciosamente.