Xinya se quedó sin palabras ante las palabras de Hao Jian, sólo entonces se dio cuenta de que podría haber estado pensando demasiado.
La forma en que este chico la miraba tan tiernamente era simplemente el preludio de su insulto inminente.
Hao Jian en efecto pensó que Xinya tenía la cara dura; sabía que él estaba ocupado y aún así vino a molestarlo. Si no fuera por su belleza, que casualmente era de su tipo, Hao Jian la habría echado hace tiempo.
—Entonces, ¿viniste esta vez a matar a alguien también? —preguntó Xinya con gran interés, sondando inesperadamente las intenciones de Hao Jian.
—Sí, vine aquí a matar —dijo Hao Jian sin expresión. De todos modos, Xinya ya lo había visto matar antes, así que no había necesidad de esconderlo ahora.
La sinceridad de Hao Jian de alguna manera tomó desprevenida a Xinya.
Así que este chico se preparaba para matar de nuevo, pero ¿quién sería la desafortunada víctima esta vez?
