Y, efectivamente, tal como Hao Jian había pensado, este hombre lo menospreciaba porque veía que Hao Jian solo conducía un BMW de unos pocos cientos de miles.
Los residentes de este distrito acaudalado eran todos ricos o nobles, con el coche más barato valiendo más de tres millones. Sin embargo, ahí estaba Hao Jian, conduciendo un BMW desvencijado de unos cientos de miles, que él encontraba despreciable.
—Chico, como no sabes quién soy, déjame decirte. Me llamo Liu Rizhao, soy el jefe de este distrito acaudalado, es decir, yo construí este lugar. ¿Ahora sí sabes quién soy? —dijo Liu Rizhao con una expresión sombría.
—¿Liu Rizhao? ¿Es realmente él? —Che Xiaoxiao también mostró una expresión sorprendida.
—¿Qué, lo conoces? —preguntó Hao Jian, mirando a Che Xiaoxiao con curiosidad.