—¿Hermano Huoniu es uno de los peces gordos de tu pandilla? —Hao Jian dijo con una sonrisa burlona—. Entonces parece que la Pandilla Dragón Tigre realmente carece de talento. ¿Qué te parece esto? —te presentaré a un individuo talentoso para tu pandilla.
—¿Qué tipo de talento? —exigió Calvo.
—Un hombre de coraje y estrategia, encantador y apuesto, despreocupado y sin restricciones, adorado por todos, un rompecorazones al que la gente da la bienvenida y por el que los coches se detienen. ¡Ese sería yo! —Hao Jian dijo, riendo.
—¿Estás jodiéndome? —Los ojos de Calvo de repente se volvieron malvados.
—¿Jodiéndote? Estoy bastante serio al discutir este asunto. Vuelve y ten una buena charla con tu Líder de la Pandilla. Si está dispuesto a renunciar dignamente, entonces no lo mataré —dijo Hao Jian con tono de burla.
—¡Hacedlo pedazos!
En un instante, Calvo soltó la docena de Dobermans que se lanzaron hacia Hao Jian.